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Actitud de vencedor

¿La actitud norma nuestro comportamiento?, ¿Norma nuestras decisiones?, ¿Norma nuestro destino?

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La gente no puede viajar interiormente y permanecer quieta exteriormente; esto significa que muchas veces nuestras palabras pueden decir que estamos bien y que vamos a ganar; pero lo que hacemos dice que no lo estamos y que vamos a perder.

La actitud es un sentimiento interior expresado en la conducta y por ello se ve sin decir una sola palabra.

La actitud se expresa siempre en nuestro lenguaje corporal y la expresión de nuestro rostro y por tal motivo puede ser contagiosa.

La actitud es nuestro verdadero yo. Sus raíces son internas pero su fruto es externo, puede convertirse en nuestra mejor aliada o en nuestro peor enemigo.

La actitud es más honesta y consecuente que nuestras palabras y en apariencia exterior, atrae o repele a la gente de nosotros.

El problema que tiene hoy en día la actitud; es que vivimos en un mundo de palabras y la actitud son acciones. Para algunos, la actitud es una dificultad para todo y para otros es una oportunidad entre todas las dificultades, así que una buena manera de probar tu actitud es respondiendo a la siguiente pregunta ¿siento que el mundo me trata bien?, no importa si a la vista de muchos tú estás bien, puedes responder que no y no importa si a la vista de muchos el mundo te ha tratado mal, tú puedes responder que sí.

Entonces llegamos a la comprensión de que no es imposible hacer que todas las situaciones se ajusten a la medida de nuestras vidas y deseos; pero si es posible hacer nuestras actitudes a la medida de la vida y sus situaciones.

Nuestra actitud determina nuestra relación con la gente, pues genera confianza, reconocimiento y liderazgo.

Creo que la mejor forma de diferenciar la actitud es con la historia de los vendedores de zapatos que fueron enviados a una isla a vender. El primero, inmediatamente cuando llego a la isla, se sintió desalentado al darse cuenta de que nadie en la isla usaba o siquiera conocía los zapatos, al parecer según él, nadie los necesitaba, entonces hizo una llamada a su empresa para decir, aquí nadie necesita zapatos, regresaré a la oficina.

El segundo vendedor cuando llegó se emocionó muchísimo cuando vio lo mismo. Inmediatamente hablo a la oficina diciendo: “por favor manden diez mil pares de zapatos, todo el mundo aquí los necesita”.

Esta historia también nos abre los ojos y nos hace preguntarnos ¿Cuántas oportunidades hemos perdido en nuestras vidas, solo por una mala actitud?

La adversidad es una oportunidad de prosperar para los que poseen una gran actitud y una manera de aplicar la actitud es enumerar dos problemas que en este momento sean parte de tu vida. A un lado escribe tus reacciones ante ellos. ¿son negativas?; tu reto es descubrir a menos tres posibles beneficios de cada problema y una vez que los descubras, enfréntate con el problema poniendo en tus ojos los beneficios, no las dificultades; descubrirás que la madre de la creatividad es la necesidad y que esa necesidad es la mejor receta para salir de tu zona de confort.

Si observamos las cosas con otra visión que no sea la negativa, esto nos dará un poco de perspectiva positiva; sin embargo, te anticipo algo, el individuo cuya actitud le hace mirar la vida desde una perspectiva positiva, no siempre es comprendido y algunos pensarán que está loco, pero la gente positiva entiende que el viaje es tan agradable como el lugar de destino y que cada experiencia, buena o mala, significa vivir.

Cada vez que reconozcas una limitación, hazte la pregunta ¿Por qué? Con el afán de encontrar el bloqueo de esa limitación y con ello la oportunidad.

Cuando la mala actitud empiece a mostrarse y sientas que está tomando control sobre ti, debes revisar quienes son las personas que te rodean. Esto se debe a que mucho de tu actitud es influido por el ambiente. Si estas en un ambiente en donde todos tienen una mala actitud, será muy difícil que encuentres algo positivo, pero si recuerdas que otros pueden detenerte temporalmente, pero solo tu eres el único que puedes detenerte permanentemente, tendrás la oportunidad de elegir.



Una realidad es que los tiempos difíciles no son eternos, lo malo es que cuándo estamos en tiempos difíciles no es fácil recordar esta realidad y sobre todo porque también depende del contexto, pues un hombre que se está ahogando no le importa lo que va a pasar mañana.

Por esto es importante tomar decisiones con buena actitud antes de la tormenta, por que la actitud solo sirve para mostrar algo de orgullo, cuando ya fuimos derrotados y uno se haya caído en un abismo.

Sin embargo, pensar y planificar no te asegura que evitaras todas las tormentas, pero te dará los recursos para enfrentarlas y entonces tu actitud potenciará esos recursos.

Toma las decisiones como lo hacen las personas de mayor éxito, con toda la información y datos. Esa premisa de que es más importante tomar una decisión que no tomar ninguna, solo aplica si has tenido en tus manos la información necesaria para tomar la decisión, pues el éxito de tomar decisiones que no se conviertan en tormentas es justamente tomarse el tiempo necesario para tomar la decisión.

Hay algunas tormentas que en realidad no lo son; como el miedo al fracaso; pero que sí arruinan la actitud.

Por otro lado, cuando descubres que el fracaso solo es la experiencia de los caminos que debes de disfrutar para llegar el éxito, dejas de ver el miedo como algo negativo y entiendes porque la gente que no ha fracasado nunca; nunca ha hecho nada.


¿Por qué la vida misma es un riesgo?


Porque la vida es reír, corriendo el riesgo de parecer tontos;

llorar, corriendo el riesgo de parecer débiles;

acercarse a otros corriendo el riesgo de involucrarse;

demostrar los sentimientos corriendo el riesgo de demostrar el verdadero yo;

poner las ideas y los sueños delante de las personas corriendo el riesgo de perderlos;

amar, corriendo el riesgo de no ser amado;

esperar corriendo el riesgo de desesperar;

tratar con el riesgo de fracasar;

y vivir con el riesgo de morir.


Tomar el riesgo te dará la sabiduría y experiencia.

Las personas que no arriesgan nada, no hacen nada, no tienen nada y no son nada, seguramente podrán decir que evitarán el dolor y sufrimiento, pero, en consecuencia, no podrán aprender, crecer, sentir, cambiar, amar y simplemente vivir.

La actitud es el factor más determinante respecto a si nuestros fracasos y desilusiones nos edifican o nos aplastan y marcan la intensidad de la persistencia de una persona. Los ganadores no renuncian. Es algo que me gusta de los videojuegos, no importa cuantas veces falles, lo volverás a intentar, porque sigues disfrutando el proceso y por qué sabes que en cada intento aprendiste algo nuevo; ojalá se aplicara siempre este mismo concepto en la vida real; como cuando una persona se predispone a resolver un problema de vida o muerte para un ser amado; podrá toparse con muchas dificultades, pero continuará buscando. Así que, si quieres ser fuerte y tener el carácter de persistir, piensa en la sonrisa de la persona que más amas y en la tuya.

Toma acción positiva, enfrenta el problema, ten un pensamiento positivo, en cada problema hay una oportunidad y solo con un pensamiento positivo podrás verla, si no lo vez, busca un ejemplo positivo, muchas veces el ver el éxito de otros que nunca desistieron nos impulsa y motiva a que también nosotros lo hagamos.

Ten una persistencia positiva, esto significa que seguramente cometeremos errores y fallaremos, pero lo importante es ser conscientes de que sin esos errores no aprenderíamos y creceríamos.

Así como decimos, nada es tan fácil como parece, también es cierto que nada es tan difícil como parece. Al final solo depende de nuestra perspectiva y nuestra actitud.

Ten cuidado con los pensamientos negativos, tanto los tuyos como los de los demás, pues los pensamientos negativos son contagiosos y sacan todo de proporción, limitando tu potencial e impidiéndote disfrutar la vida.

Define tus metas y tus propósitos; de manera clara y estableciéndole un tiempo. Colócalas en un lugar visible, motívate con ellas de manera diaria, mensual o anual. Recuerda que debe de ser un propósito fuerte, de lo contrario te fallara la disciplina y no cambiara tu actitud.

Solo un propósito fuerte llegará a tu corazón y de esta manera seguramente lo conseguirás, así que ten cuidado con lo que pones en tu corazón.

Desarrolla buenos hábitos, porque una vez que tomes la decisión de cambiar a una buena actitud, aparecerán frente a ti oportunidades que antes no veías.

¿estas listo para un verdadero cambio?

 
 
 

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